La inseminación artificial es un procedimiento relativamente fácil y menos caro que otros para tratar muchos tipos de infertilidad. Es un método ideal para casos en que la mujer tiene alguna anormalidad en los órganos reproductivos, sufre de endometriosis, o tiene un moco cervical no muy receptivo. También puede ser efectivo cuando el hombre tiene un conteo bajo de espermatozoides o poca motilidad (la agilidad de moverse rápida y eficientemente, en este caso para juntarse con el óvulo). La inseminación artificial ayuda al esperma a llegar directamente al óvulo, sobrepasando posibles obstáculos. Frecuentemente, la inseminación artificial es el primer paso de muchas parejas que no han podido concebir naturalmente.
Para prepararse para la inseminación, la mujer tendrá que usar algún método para calcular cuándo está ovulando (calculadora de ovulación, tomándose la temperatura basal, etc). Cuando esté segura que está ovulando, la pareja deberá ir a la clÃnica, donde se le pedirá una muestra de semen al hombre mediante masturbación. Normalmente se le pide que no tenga relaciones en los dÃas previos para que el conteo de espermatozoides sea más alto. El semen del hombre luego pasa por un procedimiento en el que se lo diluye para eliminar algunos quÃmicos e impurezas y poner una substancia que ayuda a identificar a los espermatozoides más fuertes y activos. Una vez que se ha separado los mejores espermatozoides, el semen es puesto en un catéter, un tubo delgado que se introduce en la vagina de la mujer, pasando por el cuello uterino y se deposita directamente en el útero. El procedimiento es fácil, rápido, y usualmente sin dolor, parecido a un papanicolao. Normalmente se le pide a la mujer que se quede acostada por 30-45 minutos para ayudar a que el semen empiece a navegar hacia el óvulo. Todo el proceso dura entre una y dos horas, y luego de esto, la mujer puede seguir con sus actividades normales.
Dependiendo del caso, el doctor podrÃa recetar medicamentos para la fertilidad, para aumentar las probabilidades de embarazo. De promedio, hay un 20% de chance de éxito en la primera vez, pero muchas parejas tienen que intentar varias veces antes de concebir. Cada caso es diferente, pero los factores más importantes que determinan las probabilidades de éxito son la edad de la mujer (mientras más joven, mayor la probabilidad), la presencia de alguna malformación o anomalÃa en los órganos reproductivos, endometriosis severa, medicamentos de fertilidad (algunos medicamentos tienen un efecto acumulativo, incrementando la posibilidad de embarazo cada ciclo), bajo conteo o baja calidad de espermatozoides del hombre, entre otros.