Muchos padres dicen que harÃan lo imposible por salvar a un hijo. Y cuando esto requiere tener un nuevo hijo para salvar a otro enfermo, muchos padres no lo piensan dos veces. Sin embargo, no es tan fácil como suena y hay ciertos procesos éticos involucrados que pueden ser controversiales.
Para padres que se han enfrentado con la dura situación de tener un hijo que ha sido diagnosticado con algun cáncer o enfermedad grave, y que los tratamientos convencionales no están ayudando a su hijo (incluyendo no encontrar un donante de médula compatible), dependiendo del caso, se les presenta la opción de tener otro hijo para utilizar su sangre del cordón o su médula ósea para salvar mediante un transplante al hermano enfermo. Y muchos padres lo harÃan en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, el problema recae en que no es simplemente tener otro hijo, sino un hijo con el ADN más compatible con el hijo enfermo. Por más que el nuevo bebé es un pariente cercano, eso no basta. El tener otro hijo que tenga las más altas probabilidades de salvar al otro implica fertilizar in vitro (fuera del útero de la madre) hasta 40 óvulos de la madre, (el número depende de las leyes de cada paÃs) con espermatozoides del padre. De esta manera, los médicos analizan cuál de los óvulos fertilizados tiene el ADN más cercano al hijo enfermo, y cuál tendrÃa más compatibilidad y chance de salvarlo. Una vez seleccionado el óvulo fertilizado más apropiado, éste es implantado en el útero de la madre para convertirse en el futuro hijo.
Esta selección de óvulos fertilizados, que técnicamente ya son vida, es lo que causa muchas preguntas éticas y controversia en algunos padres, u organizaciones pro-vida. Y especialmente lo que pasa con ellos después, sea que son desechados o donados para investigación, son temas delicados que han causado mucha discusión.
Sin embargo, para los padres que se encuentran en esa situación, sus instintos de proteger a su hijo y de verse frente a la única opción posible de salvarlo pueden ser más fuertes que las crÃticas de terceros. Lo que muchos padres o médicos a favor de esta opción mantienen es que tendrán a un hijo a quien amarán igual que a cualquier otro hijo y por ser quien es, y no solo por su eventual ayuda al otro hermano.