Hace unas semanas viajamos con mi esposo y nuestros dos hijos de Estados Unidos a Costa Rica. En el aeropuerto para salir de EEUU, el oficial de migración que nos chequeó los pasaportes y nos dijo que habÃa un “pequeño problemaâ€. El problema era que los pasaportes de nuestros hijos no están firmados por ellos (obviamente) y que no se podia comprobar que eran ellos, especialmente nuestra hija que en la foto tenÃa nueve meses, tres pelos y cero dientes. Ahora tiene casi 4 años (y mucho pelo y muchos dientes). Para comprobar, el oficial empezó a preguntarle a mi hija su nombre, edad, a dónde iba, etc. Ella no dijo ni pÃo, mientras nosotros sudábamos nerviosos, tratando de que responda. Finalmente, luego de vernos de arriba a abajo y de revisar nuestros documentos, el oficial nos dejó ir. Si tan solo nuestra hija hubiera respondido a su nombre nos hubiera sido más fácil. (De paso nunca hemos tenido este “problema†de tener que probar que los niños son nuestros).
Para la familia, nuestra hija es extrovertida, muy activa, de carácter fuerte, le encanta la gente y la acción, sea salir a la calle, ir de compras, ir a pasear, etc. Para la gente que no es tan cercana, ella es una niña tÃmida, tranquila, introvertida y que no habla. Muchos niños (y hasta adultos) son tÃmidos en una situación extraña o nueva, con gente desconocida o lejos de los papás. Es entendible si a un niño le toma un rato abrirse y entrar en confianza con otros niños en el parque, con amigos de los papás que conoce por primera vez, etc. En la casa y con la familia nuestra hija no para de hablar, gritar, saltar y jugar. Cuando estamos en público o con alguien que no sea de la familia, deja de hablar y es imposible hacer que salude o que responda lo que le preguntan. Lo máximo que hace es decir sà o no con la cabeza. Luego tenemos que mi esposo o yo disculparla diciendo que «es muy tÃmida», aunque momentos antes no habÃa forma de hacerla callar o que se calme.
Es muy obvio que ella se siente en confianza con gente conocida, pero asà mismo, ha ido por los últimos dos años y medio a la misma guarderÃa, con las mismas profesoras y compañeritos. Aún asÃ, cada mañana es como empezar de cero, no saluda, no ve a los ojos a los profesores y le toma un rato empezar a hablar. Durante el dÃa sà habla con sus amigos, pero a las profesoras solo responde con monosÃlabos cuando ellas le preguntan algo. Hoy, antes de salir de la casa escogió una piedra del patio para su profesora preferida. Practicamos en el carro lo que le iba a decir, simplemente «Hola, esto es para ti». Bastó que la vea en persona para que se quede muda.
A veces siento que tiene dos personalidades, aunque seguramente es solo timidez, una timidez selectiva. Espero que cuando sea más grande sepa confiar lo suficiente en las personas que le rodean y quieren como para hablarles sin problema y asà mismo responder a un saludo o pregunta de alguien no muy conocido.