Cada paÃs, región, cultura y hasta cada familia tiene sus propias creencias acerca de muchos males asà como de remedios caseros para su cura, generalmente con hierbas, vegetales, frutas, ungüentos entre otros. Seguramente cuando tú o tu hijo se ha enfermado o ha tenido alguna molestia, el doctor te habrá mandado una receta y la familia y amigos te habrán dado unas cuantas más. ¿Cuál seguir?
Es verdad que la medicina ha avanzado mucho en los últimos años y que no se puede negar que hay ciertas medicinas que nos caen muy bien para ciertas molestias. Asà mismo nos consta también que alguna amiga, tÃa, vecina o abuelita cura milagrosamente y a veces de manera poco convencional, algunos males.
Para los malestares leves, como una fiebre, gripe, dolores, etc, bien te puede servir un jarabe de la tos, como unas rebanadas de cebolla roja con limón que ha descansado al sereno de la noche. Hay personas que creen fielmente en la medicina y la ciencia mientras otros prefieren alternativas naturales y tienen fe en la tradición. Si la enfermedad es más grave o no mejora y estás usando remedios caseros, lo importante es saber cuándo ir a un doctor y buscar otras medicinas. Hay remedios caseros que incluyen ingredientes raros, preparaciones extrañas o nos hacen dudar de su eficacia, como ponerse sal en las llagas (auch!). Al usar remedios caseros siempre hay que tener sentido común, ya que asà como hay algunos que son benignos si no te funcionan, otros pueden ser un tanto extremos.
De la misma manera, si un medicamento no tiene efecto o tiene efectos secundarios perjudiciales, puedes tratar otras alternativas caseras o naturales.
Lo que importa es lo que tú creas que te ayuda, ya que gran parte de curarte es psicológico. Sin embargo, no se debe jugar con la salud y si tienes dudas, siempre consulta con un doctor o alguien calificado.